miércoles, 26 de diciembre de 2012

DARLO TODO ES RECIBIR MUCHO MÁS...



Dentro de la practica del Zen existen diferentes gestos que adquieren un gran protagonismo en el día a día de todo practicante. Pero sin duda alguna, el más común de ellos es sin duda el que conocemos por el nombre de "gassho".
En la postura de gassho, las manos se colocan una contra otra, uniendo la superficie de los dedos  y de las palmas de las manos. Los antebrazos se colocan en posición horizontal, quedando la punta de los dedos a la altura de la nariz.
Son muchos los significados que se le otorgan a este gesto milenario que ha perdurado de generación en generación desde la antiguedad, pero a grandes trazos podría decirse que la mano derecha está relacionada con todos los aspectos más conceptuales y racionales de nuestra mente. En cuanto a la mano izquierda, le corresponden los aspectos relacionados con la intuición, el mundo invisible y la espiritualidad. Así cuando nosotros unimos las manos en gassho hacemos realidad la unidad entre el ego y el cosmos, entre lo material y lo espiritual. 


Cuando juntamos las manos en gassho nos desprendemos de nuestra mente ordinaria y con ello del pensamiento dual que la misma proyecta en cada uno de nuestros actos. Aceptamos todos los fenómenos sin importar si los mismos nos benefician o nos perjudican, y lo más importante, nos abandonamos por completo dándolo todo sin esperar nada a cambio.

Así que podemos comprender que hacer gassho sobre todo significa mostrar nuestra más pura humildad hacia todo lo que nos rodea.
Son muchas las situaciones en las que hacemos gassho, pero quizás las más usuales son cuando ponemos incienso a una estatua de Buda, antes de tocar cualquier instrumento musical sea o no ceremonial, antes de sentarnos en nuestro zafu durante zazen, al salir u entrar en el dojo y en definitiva siempre que vayamos a iniciar o terminar cualquier acción o queramos mostrar gratitud hacia alguna persona o ser vivo, naturaleza...

Gassho

Sergi. G.










sábado, 3 de noviembre de 2012

GENJO KOAN XII







Cuando el ser humano realiza el despertar es como el reflejo de la luna en el agua. 
La luna se refleja en el agua pero no se moja, el agua no se agita por este reflejo.
La luz de la luna ilumina hasta el infinito. Ilumina toda la Tierra. Por amplia y vasta que sea su luz puede ser contenida en la mínima gota del rocío. 
Así como la luna no agita el agua, el despertar tampoco es un obstáculo para el ser humano. El ser humano no pone más obstáculos al despertar que la gota del rocío a la luna o al cielo.
La profundidad de la realización es proporciona a la altura de la luna.
La profundidad de la gota de rocio puede contener las alturas de la luna y el cielo...

Genjo Koan XII

Eihen Dojen

miércoles, 24 de octubre de 2012

EL DESPRENDIMIENTO DE LA DUALIDAD



El zen abandona el dualismo, incluye la dualidad y va más allá.
 "Sin Jin Mei".


Una de las claves para comprender el marco de actuación de la mente ordinaria, es entender que la misma siempre actúa desde la dualidad y ello caracteriza nuestro comportamiento, así como la forma en que nos relacionamos con el medio que nos rodea.
Entendemos por mente ordinaria, aquella que piensa y actúa a través de nuestro ego, sirviéndose de nuestros apegos, orgullo, preferencias personales y en definitiva, todas aquellas acciones que nos alejan del momento presente, aquí y ahora  .
Dicha mente, siempre se mece en los brazos de la dualidad, la misma dualidad que nos ha venido dada desde que tenemos uso de razón, siendo entendida por la gran mayoría como una entidad permanente, que reside de forma intrínseca en el ser humano.
A través de esta dualidad, se trazan muchas de las barreras que custodian nuestras vidas, invisibles e infranqueables para aquellos que no son conscientes de su existencia.
Es muy sencillo entender la visión dualista, porque la misma siempre busca un beneficio personal o se enmarca dentro de una serie de preferencias personales que persiguen el bienestar o la separación de todo aquello que percibimos. Por ello cuando tenemos frío nos abrigamos, cuando una postura es dolorosa buscamos otra más cómoda y en general siempre nos planteamos el lado bueno y malo de toda situación o fenomeno.
Pero la verdadera naturaleza nunca puede ser dual, porque el ser humano es parte del cosmos i a su vez un todo inseparable del que surgen todas las vías del universo. Por esta razón debemos desechar toda acción o pensamiento que surja de la dualidad, siempre entendiendo todos nuestros actos desde la unidad de nuestra mente con el medio, y todos los elementos que lo componen e interactúan en el mismo.
El Zen, nos enseña a desechar esa mente ordinaria, y por el mismo orden abandonar percepción dual de nuestra realidad. 
Por esta razón, durante la práctica de zazen, no desechamos nada, ni el ruido ni el silencio, ni el frio ni el calor, ni los pensamientos buenos ni los malos, ni tan sólo el dolor... sólo observamos todos los fenómenos que surgen durante la practica sin aferrarnos a ninguno de ellos, y los dejamos atravesar nuestra mente, viendo como entran y seguidamente más tarde se desvanecen. Con ello y una atención plena en nuestra postura conseguimos un estado de concentración optimo que nos permite conectarnos de forma unitaria con todos los elementos que conforman el universo y a su vez , nos ayuda a abandonarnos a nosotros mismos, dejando atrás la citada mente ordinaria.
Es por ello que juntamos las manos al hacer "gassho", haciendo desaparecer esa dualidad y conectando todos los elementos en una misma unidad que conecta el cuerpo y espíritu, el cielo y la tierra, lo terrenal con lo espiritual...


También hemos de comprender este estado cuando no estamos sentados en zazen, siendo interesante ejecutar cada acción concentrado únicamente en la misma ( sin pensar en varias cosas a la vez). 
Esto se puede llevar a la práctica en todas aquellas tareas que se repiten cada día en nuestras vidas, como cocinar, limpiar o llevar a cabo cualquier actividad que requiera nuestra atención plena.
En conclusión, una de las bases para desprenderse de la dualidad es centrar nuestra atención solamente en aquello que estamos llevando a cabo en cada momento, con la única perspectiva del presente y nuestra conciencia puesta en el mismo.

Sergi G.

Gassho!



"Hay que superar el marco dualista del espíritu, sumergir las raíces en la conciencia Hishiryo (inconsciente) de zazen." 









domingo, 23 de septiembre de 2012

COMO ELABORAR LA GUEN-MAI PASO A PASO




Son muchas las pequeñas cosas que dentro del Zen cobran una gran importancia, ya que todo acto llevado a la practica desde un estado de profunda meditación  ha de ser comprendido como una manifestación de Buda y más importante aun, como una proyección del aquí y ahora, el momento presente que no obedece al pasado ni mira hacia el futuro, sólo bebe del instante y la impermanéncia de cada segundo efímero en nuestra vida...
Hoy quisiera hablarles a cerca de una de las tradiciones más antiguas que existen dentro del Zen,  "la Guen-mai".
¿Qué es la Guen-mai?
Su origen remonta a las primeras luces de los monasterios japoneses Zen descritos en tiempos ancestrales, donde tras la primera meditación un gong metálico anunciaba que el desayuno ya está listo.
Seguidamente los monjes se apresuraban hacia el comedor comunitario, donde les esperaba la Guen-mai dispuesta encima de largas mesas de madera. 
En silencio, apuraban el contenido del cuenco, absolutamente vivificador tras dos horas de meditación en ayunas a la vez que recitaban el conocido sutra de la guen-mai (Bussho Kapila) que finalmente concluiría con un sorbo de té y un cántico de gratitud universal.
De forma muy resumida esto valdría como explicación histórica del significado que tiene la guen-mai dentro del Zen.
Llegado a este momento hace unos días decidí que cocinaría una guen-mai al más puro estilo tradicional y documentaría todo el proceso aquí, con el ánimo de mostrar al detalle el largo y complejo proceso que encierra la elaboración de esta sopa de arroz integral con verduras de procedencia ancestral.

EL ESPÍRITU ADECUADO

A modo de introducción diré que uno de los aspectos más importantes para entender este proceso, es verlo como una practica de meditación que se extenderá a lo largo de toda la preparación desde el primer segundo al último. Si no somos capaces de entender esta aptitud del espíritu seguramente al final de todo el proceso nos invadirá una sensación de vació, similar a la que obtiene aquel que no ha comprendido.
Nuestra concentración debe ser absoluta dirigida a la acción que estemos llevando en cada momento, sin aferrarnos a los pensamientos que circulan a través de nuestra mente, pero tampoco rechazando los mismos, siendo esta la misma actitud que aparece durante zazen.

LA PREPARACIÓN

Entrando en el proceso de preparación lo primero será hacerse con los siguientes ingredientes:



-  Arroz integral ( la cantidad del mismo variará dependiendo de las personas )
-  1 Nabo blanco
-  2 Zanahorias
-  1 Ramo de apio
-  1 Cebolla
-  Agua en cantidades necesarias
-  En algunas recetas a quién también pone 1 puerro, pero yo esta vez he prescindido de el mismo.

PASO 1: LAVAR EL ARROZ

Lo primero que haremos antes de nada es lavar el arroz según el "proceso de inmersión", que no es otra cosa que llenar un recipiente de grandes dimensiones con agua y añadir el arroz integral en su interior.
Seguidamente con nuestras manos vamos lavando el arroz frotando el mismo y observando como el agua se va poniendo de un color turbio prueba de que el grano va soltando toda la suciedad poco a poco. 
Vaciamos el agua y volvemos llenar el recipiente nuevamente, repitiendo el mismo proceso las veces que haga falta hasta que el agua quede limpia señal de que el arroz ya está limpio.


PASO 2: TOSTAR EL ARROZ

Una vez el arroz está limpio lo depositaremos en una olla sin agua y lo moveremos constantemente a fuego medio para tostar el arroz, siendo muy importante no dejar de moverlo para evitar que se nos queme o quede enganchado en  la olla.
Acto seguido añadimos cinco vasos de agua por vaso de arroz que hayamos puesto en nuestra receta y cocinamos a fuego alto durante una hora aproximadamente. Teniendo en cuenta que hemos de remover cada tanto el arroz y en caso de que nos quedemos sin agua, hemos de añadir  más agua para evitar que se pegue.

PASO 3 : CORTAR Y LAVAR LOS INGREDIENTES

Mientras el arroz está en la olla tendremos una hora para cortar y preparar el resto de ingredientes. Un proceso que conlleva un estado de concentración absoluto ya que deberemos cortar todas las verduras a cuadrados minúsculos (más o menos 0,5mm, aunque esto es una simple apreciación sin importancia, lo verdaderamente importante es que estén cortados muy pequeños).
Seguiremos este mismo proceso con la cebolla, el apio, las zanahorias y el nabo blanco.

En el caso del apio y la cebolla sin más lavaremos y trocearemos a diferencia de la zanahoria y el nabo blanco que previamente debemos lavar con piel ( siempre que sean ecológicas ) y la ayuda de un tawashi (cepillo japonés que se utiliza para lavar la piel de las verduras, ya que en la misma residen muchas de las vitaminas de las mismas que se pierden cuando pelamos la piel de las mismas).
Una vez tengamos troceadas todas las verduras el aspecto debería ser similar al de la foto que sigue más abajo.



PASO 4: AÑADIR LOS INGREDIENTES JUNTO CON EL ARROZ INTEGRAL

El siguiente paso después de que el arroz ronde una hora de cocción será añadir las verduras previamente troceadas a la olla del arroz y cocinar durante aproximadamente dos horas a fuego medio toda la mezcla.
Quizás desde mi experiencia este paso es uno de los que conlleva una mayor atención por diferentes motivos.
En mi caso añadí más agua a la mezcla hasta conseguir el volumen aproximado que quería obtener de guen-mai. Ya que hemos de tener en cuenta que a medida que avanza el proceso de cocción la mezcla de alimentos se vuelve más espesa y pierde agua poco a poco.
En segundo lugar es muy importante que durante estas dos horas removamos constantemente el contenido de la olla, por ejemplo con una cuchara de madera o similar. Con esto conseguimos por un lado que no se nos pegue y por otro que la mezcla vaya adoptando una textura gelatinosa a causa del desprendimiento del almidón del arroz y el jugo que también segregan las verduras, quedando finalmente su aspecto como el de la foto que sigue.



La clave de conseguir una textura adecuada a la receta tradicional está en las horas que tengamos la mezcla expuesta al fuego. A más tiempo de exposición conseguiremos una textura más espesa y gelatinosa y viceversa.
Como apunte, en  los templos Zen por lo normal una vez cocinada la guen-mai, dejan la misma a fuego muy bajo toda la noche en los fogones, para conseguir una mezcla lo más espesa posible.
En mi caso el proceso entre el lavado del arroz y la cocción me llevó aproximadamente unas cuatro horas.

PASO 5: LA PRESENTACIÓN Y EL SUTRA DE LA GUEN-MAI

Una vez tenemos preparada la guen-mai, por lo normal en los retiros se toma después del paseo matutino a través de la naturaleza que tiene lugar después del primer zazen del día. 
Primero la misma será bendecida por los responsables del retiro y acto seguido será servida a la vez que se canta el sutra de la guen-mai "bussho kapila":


BUSSHO KAPILA

(Con las manos en Gassho)

BUSSHO KAPILA

JODO MAKADA

SEPPO HARANA
NYUMETSU KUCHIRA
NYORAI ORYOKI
GAKKON TOKU FUTEN
GANKU ISSAI SHU
TOSAN RINKU JAKU
(Con las manos en Gassho)
SHINJIN PASHIN BIRU SHANOFU
ENMON HOSHIN RU SHANOFU
SENPAI KASHIN SHAKYAMUNI FU
TORAI ASAN MIRUSON FU
JIHO SANSHI I SHI FU
DAIJIN MYO HORENKAGIN
DAISHIN MONJU SURIBUSA
DAIAN FUEN BUSA
DAIHI KANSHI IN BUSA
SHI SON BUSA MOKOSA
MOKO HOJA HOROMI
HITOTSU NI WA. KONO TASHO WO HAKARI
KA NO RAI SHO WO HAKARU
FUTATSU NI WA. ONOREGA TOKUGYO NO
ZEN KETTO WO HAKATTE KUNI OZU
MITSU NI WA. SHIN WO FUSEGI TOGA WO
HANARERU KOTOWA
TONTO WO SHUTTO SU
YOTSU NI WA. MASANI RYOYAKU WO KOTO TO
SURUWA
GYOKO WO RYOZEN GA TAMENARI
ITSUTSU NI WA. JO DO NO TAME NO YUENI
IMA KONO JIKI WO UKU
(Solo el maestro recita este párrafo)
JITEN KIJIN SHU
GOKIN SUJI KYU
SUJI HEN JIHO
ISHI KIJIN KYO
(Se levanta el bol a la altura de los ojos)
JOBUN SAMBO
SHUBUN SHION
GEKYU ROKUDO
KAIDOKU YO
 IKKUI DAN ISSAI AKU
NIKUI SHU ISSAI ZEN
SANKUI DO SHO SHU JO
KAIGU JO BUTSUDO
(Se levanta el bol antes de beber el té)
GASHI SEN BASSUI
NYO TEN KAN ROMI
SEYO KI JINSHU
SHITSU RYO TOKUBO U MAN
ONMA KURA SAI SOWAKA
SHI SHI KAI JI KI KUN
JI REN KA FU JA SHI
SHIN SHIN JIN CHO I HI
KI SHU RIN BU JO SON



PASO 6: CONCLUSIONES FINALES

Con toda sinceridad, creo que la preparación de la guen-mai es sin duda otra parte dentro del aprendizaje de la via del Zen, aunque lo más importante es en si sentarse en zazen y meditar, existen diferentes momentos en la vida de un practicante que también tienen un gran valor dentro del zen, como puede ser la costura del Kesa, los retiros, talleres de dharma y por supuesto la preparación de la guen-mai.
Respecto a la sal, es importante saber que este preparado no lleva sal en absoluto y por ello su sabor es muy neutro. Por esta razón por lo normal se suele servir junto a gomasio y salsa de soja que cada uno añadirá al gusto logrando un sabor algo diferente.
Para finalizar dejo aquí una foto del resultado final que debemos obtener si se siguen los pasos mencionados más arriba y con ello me despido esperando que este post pueda ser de ayuda a otras persona también interesadas.

Gassho

Sergi. G

(fotos: Sergi G.)






 un gong metálico anuncia que el desayuno está listo. Los monjes –cabeza afee madera. En silencio, apuran el contenido del cuenco, absolutamente vivificador tras dos horas de meditación en ayunas. La ceremonia concluye con un sorbo de té y un cántico de gratitud universal.
 un gong metálico anuncia que el desayuno está listo. Los monjes –cabeza afeitada, quimono negro– se apresuran hacia el comedor comunitario, donde les espera la guen-mai dispuesta encima de largas mesas de madera. En silencio, apuran el contenido del cuenco, absolutametación en ayunas. La ceremonia concluye con un sorbo de té y un cántico de gratitud universal.

domingo, 16 de septiembre de 2012

MUSICA Y ZEN, TIERRA Y CIELO AL UNÍSONO



No recuerdo el momento de mi vida en que sentí la extrema necesidad de pensar, vivir y en definitiva hacer de la música una filosofía de vida. Pero lo cierto es que cuando decidí iniciarme en la práctica del Zen no tardé en darme cuenta que ambas disciplinas tenían incontables punto en común.
Por esta razón hace mucho decidí que con el tiempo crearía un proyecto musical en el que plasmaría mi visión del Zen y sus enseñanzas.
Con estas premisas hace un par de semanas nació dicho proyecto musical al que decidí llamar HISHIRYO , que para los que desconozcan el significado de esta palabra encierra, les diré que dentro del Zen tiene una gran importancia, ya que llamamos HISHIRYO al estado que debe adoptar nuestra mente durante zazen. Es decir es el pensamientos absoluto, más allá del pensamiento y del no-pensamiento, más allá de todos de los problemas de la conciencia personal.  
Así que regresando al tema en cuestión, creo que la música y el Zen en su estado más profundo comparten una sintonía común, prueba de ello la tenemos en la importancia que pueden cobrar los sutras en las diferentes ceremonias o más aun la relevancia dentro de la práctica que tienen instrumentos utilizados como el Mokuyo,  las campanas de Dharma o los tambores.
Con estas premisas muestro aquí un primer tema de este nuevo proyecto musical HISHIRYO que he bautizado con el nombre "I Shin Den Shin" ( "de mi alma a tu alma").
En dicho proyecto se han utilizado muchos de estos instrumentos tradicionales Zen así como parte de la imaginaria de esta filosofía de vida que tanto significa para mi.
Para escucharlo es necesario pulsar con el mouse la imagen que sigue a continuación.

Gassho!



  




SESSHIN DIRIGIDA POR ROLAN YUNO RECH





Los últimos días del verano empiezan a ver su fin y con los mismos nos adentramos hacia las puertas de las primeras brisas de otoño, que se cierne impregnado de actividades , retiros y otros menesteres relacionados con el Zen.
Como actividad destacada, quisiera hacer una mención especial al retiro que tendrá lugar el próximo 27-28 de Octubre, que será dirigido por uno de los grandes maestros descendientes del mismo Taisen Deshimaru, Roland Yuno Rech ;  sin duda una oportunidad muy valorada para todos los que practicamos Zen y conocemos la trayectoria de este gran maestro venido desde las tierras de Francia.
Adjunta dejo la información, aunque las plazas ya están agotadas en este momento.

- Fin de semana 27 y 28 de octubre de 2012Sesshin en Lluçà. Dirige: Roland Yuno Rech. Llegada el viernes 26 para cenar. Salida: domingo 28 después de comer. Enseñanza en francés, con traducción al catalán. Llevar bol, cubiertos, servilleta, funda almohada, sábanas o saco de dormir. Precio socios: 80€. Precio no socios: 90€. Hay que reservar: info@dojozenbarcelona.org 

lunes, 13 de agosto de 2012

SESSHIN AGOSTO 2012


"Hay tres cosas que no pueden estar largo tiempo escondidas: el sol, la luna y la verdad" 

Buddha

Con la llegada del mes de agosto llegó a su vez otro periodo de meditación intensiva, acompañado por los ecos de la naturaleza en mitad de la Cataluña profunda. Con el mismo se materializaba mi segunda sesshin, desde que decidí tomar el estudio y práctica de la vía del Zen en mi vida.
Sin duda, otra oportunidad de poder mirar nuevamente hacia mi interior para intentar comprender el sentido real de mi existencia y otras muchas cosas más, que la práctica te va revelando a medida que avanzas en la senda de la meditación sentada sin intención de obtener nada a cambio...


Curiosamente cuando decides escribir a cerca de lo vivido en uno de estos periodos de meditación intensiva te das cuenta de que es muy difícil transmitir con palabras las experiencias acontecidas. Las razones son muchas, pero básicamente, creo que sólo la persona que ha llevado a cabo una sesshin puede comprender lo que la misma ha significado para él.
En mi caso por ser la segunda a la que asistía, todo se tornó de forma muy diferente, ya que ahora conocía a la perfección la dinámica que se sigue a lo largo de un retiro Zen y pude esforzarme más en vivir cada detalle y momento de estos días tan intensos.



Como comenté en el post que hablaba de mi anterior retiro, durante una sesshin,  si se tiene la suficiente voluntad es fácil observarse a si mismo y ver numerosos detalles de nuestra personalidad de una forma muy clara. Con ello podremos ser conscientes de como actuamos tanto a nivel personal así  como en la forma en la que nos dirigimos a los demás, siendo fácil ver hasta que punto nuestro ego tiene un dominio de nuestras acciones, y porque no decirlo de nuestra visión general de la vida.
En mi caso fueron infinitas las sensaciones y lejos de intentar describirlas todas quizás me quedaría con la idea de que el Zen es un camino que siempre exige un paso continuo, pero jamás custodiado por las prisas ni las necesidades de recorrer más en menos tiempo. Esto es quizás la lección que he aprendido a lo largo de estos días de reflexión a manos de mis excelentes compañeros y tutores de mi práctica.
Cuando uno quiere caminar a marchas forzadas el camino deja de ser un camino hacia algo para convertirse en una senda sin rumbo, que sólo muestra aquello que queremos ver en ella, pero de forma distante a la verdadera realidad de nuestro presente.
Como comenté en algún escrito anterior a este, hace unos  meses pedí mi ordenación a Bodhissatva y la misma me fue concedida, hasta aquí todo estaba en orden. Comencé la costura de mi rakusu y con mucha ilusión empecé a preparar todo lo necesario para el día de mi ordenación que tenía que llegar en unos meses adelante.
Con estas premisas marché hacia este retiro con el objetivo de adelantar a toda máquina mi rakusu, ya que sabía que habría muchas horas dedicadas a la costura y fue durante estos periodos de confección  donde entendí que la costura de mi rakusu era parte de mi camino y no podía tomarlo como un objetivo, pues los objetivos son poco amigos del momento presente, ya que siempre se trazan esperando algo del futuro y esto nos aleja de la vía del Zen.
Allí pude observar como yo estaba haciendo de mi ordenación una proyección de mi ego, que debía saber controlar antes que la misma se convirtiera en una mera ilusión como tantas otras que caminan junto a nosotros a lo largo de nuestras vidas.
Por esta razón decidí no poner fecha a mi ordenación y seguir confeccionando mi rakusu con la calma hasta que al llegar a su fin sea cuando sea pueda ordenarme como parte de una evolución personal, y no como recompensa a un periodo de costura a marchas forzadas con la intención de obtener algo.
Creo que es una de las decisiones más sinceras que he tomado en los últimos meses, y nuevamente doy gracias a todo lo que estoy aprendiendo, porque de no ser por la practica, sería incapaz de observar este tipo de comportamientos que fluyen desde mi interior.

A diferencia de la anterior sesshin a la que asistí, en esta centré mis periodos de samu en la costura de mi rakusu y no en tomar fotografías como había hecho con anterioridad, aunque el último día por petición del Godo (persona que dirige la sesshin) me dediqué a fotografiar los diferentes samus de mis compañeros, así como a tomar fotos durante el último zazen del retiro.
En todo caso ya sea durante un zazen, samu o simplemente en el transcurso del paseo a través de la naturaleza que se realiza cada mañana antes de tomar la Guenmai, es curioso como a medida que avanza el retiro nuestra mente se aproxima más a su estado original, siendo capaz de observar todos los fenómenos que transitan por la misma sin aferrarse a ninguno de ellos.
Esto nos hace más conscientes del momento presente a la vez que nos permite disfrutar de cada detalle, sonido, sensación sea buena o mala .
Por esta razón es fácil quedar altamente hipnotizado por los diferentes sonidos emitidos por los pájaros, o notar la brisa del viento como si de una caricia otoñal se tratara en nuestro rostro.
Al finalizar el retiro, los rostros de mis compañeros dibujaban la experiencia en sus ojos, de aquel que ha vivido cada segundo como si fuera el último de su vida, una sensación que recomiendo a toda persona que quiera aventurarse a conocer el verdadero sentido de la vida, que no es otro que vivir el aquí y el ahora...
Y ya sin más despedirme agradeciendo a los organizadores de este retiro y a todos mis estimados compañeros, su paciencia y todas esas conversaciones profundas que tanto me han regalado estos días. A todos ellos...

Gassho!

miércoles, 25 de julio de 2012

LA COSTURA DEL RAKUSU PARTE I




                                                                                Hábito de la gran liberación
Kesa del campo de la felicidad ilimitada,
recibo con fe la enseñanza del Buda,
para ayudar a todos los seres sensibles.

"El  Sutra del Kesa"



Como comenté en otro post escrito con anterioridad, hace aproximadamente un mes, durante mi último retiro pedí mi ordenación a Bodhisatva, una decisión que tenía tomada desde hacía ya mucho tiempo  y que me fue concedida sin problema alguno tras una entrevista con mi maestro.
Así que al llegar de dicho retiro comencé todos los preparativos necesarios para poder coserme mi Rakusu, que una vez finalizado recibiré durante la ordenación que tendría lugar en un par de meses.
Pero como con todo, cuando uno se sumerge en algo tan profundo y especial le surgen centenares de dudas, ya que como pueden ustedes imaginar, muchas de las personas que se adentran en la costura de su Rakusu no han cosido nunca antes y esto supone un importante reto que hay que saber alcanzar sin miedo alguno.
Por esta razón, decidí que publicaría aquí paso a paso todo el proceso de creación de mi Rakusu, con la intención de que pueda ser de ayuda para otros practicantes que se encuentren en el mismo momento que yo o que quizás puedan verse implicados en ello de cara al futuro.
Así que intentaré dejar un testimonio lo más cercano posible a la realidad que estoy viviendo en este momento y de corazón espero que esto pueda resolver algunas dudas que yo no he podido encontrar en la red.


LA IMPORTANCIA DE LA COSTURA EN EL ZEN

Existen tres momentos muy importantes en la vida de un practicante de Zen, que llegan por voluntad del mismo practicante y nunca están sujetos a ningún tipo de obligación por parte de terceros, o imposición alguna por medio de grados establecidos. Sin más, cada persona puede decidir o no a lo largo de su vida ordenarse de forma libre, o no hacerlo nunca y seguir practicando sin necesidad de ordenarse.
El primero de estos importantes momentos es la ordenación a Bodhisatva, que básicamente está ligada a la toma de los preceptos y una serie de votos en los que el practicante se compromete a seguir la vía de Zazen de por vida.
Al final de la ceremonia de ordenación (también llamada Yukai), le será entregado el Rakusu " pequeño Kesa" que previamente habrá tenido que coser el mismo practicante de forma muy minuciosa, entregándo el mismo finalizado a su maestro días antes de la ordenación, para que este pueda caligrafiarlo y entregarselo durante la ordenación..
El segundo momento importante se da  cuando el mismo pide la ordenación a monje, sin duda una decisión mucho más profunda que alberga la toma de un compromiso aun más elevado, concluyendo dicha ceremonia,  con la entrega del  Kesa "manto de Buda" de manos del maestro al ordenado, que al igual que sucede con el Rakusu, habrá sido confeccionado por el aspirante previamente a la ordenación.

Pero en todo caso, es importante que entendamos que ambas piezas de ropa (Rakusu y Kesa), son de alguna forma uno de los objetos más preciados de un practicante, pudiendo llegar a tener para el mismo un valor incalculable.
Las razones para entender este vínculo son muchas, pero podemos señalar que durante la costura un practicante toma verdadera conciencia del "aquí y ahora", pues el punto utilizado requiere una concentración extrema, donde cada puntada se acompaña de una respiración y toma de conciencia del  momento presente, que sumado al vínculo que se crea entre la persona que tutelará la confección para llevarla por buen camino, hace de la costura un perfecto nexo entre meditación, conciencia y capacidad para compartir todo ello con los demás. 





Como tercer momento destacad,o tendríamos la transmisión del "Shijo". Momento en que un gran maestro decide antes de morir transmitir su legado a los discípulos elegidos, proceso que pueda llevar toda una vida, para determinar quienes merecen esta gran mención por parte del maestro, que por lo normal siempre recaerá en aquellos que han demostrado más compromiso con la práctica.
A partir de dicho momento, los elegidos serán los responsables de seguir transmitiendo el Zen de generación en generación como ha venido haciendose desde tiempos muy lejanos llegando ahora a nosotros.
Como pasa también en la práctica de Zazen la costura nos conduce a nosotros mismos, un reflejo de nuestro interior que nos permitirá ver todas aquellas cosas que albergamos, sean buenas o malas. 
Así que nos encontraremos con nuestras propias barreras, aquellas que nosotros mismos edificamos sin saberlo y que en ocasiones están custodiadas por nuestro más profundo ego. Por ello es fácil que durante la costura nos invadan momentos de frustración, que nos conduzcan a pensar que no seremos capaces de llevar a cabo nuestro cometido u que quizás no era el momento de ordenarse.
Pero hemos de entender que todos estos fenómenos son puramente pensamientos pasajeros que podemos observar sin aferrarnos, dejando que pasen de largo y finalmente ver como van desapareciendo de nuestra mente. 

1. LOS PRIMEROS PASOS

En primer lugar, tenemos que hacernos con un modesto kit de costura y las telas necesarias para llevar a cabo nuestro Rakusu.
En cuanto a las telas, deberemos comprar por un lado tela negra de algodón para la confección de la parte visible del rakusu y del sobre donde en un futuro guardaremos nuestro Rakusu. Respecto a las telas, también necesitaremos un trozo de seda natural ( no salvaje), de un tono en blanco roto, siendo este el dorso de nuestro rakusu y superficie donde más tarde nuestro maestro realizará una caligrafía, que incluirá nuestro nuevo nombre trás la ordenación, un pequeño escrito a modo de enseñanza para nuestra nueva vía dentro del zen y el sello de la Shanga. 
Ya más enfocado a la costura, necesitaremos hilo 100% de algodón de color crudo, alfileres de varios tamaños, tijeras, otro hilo para unir provisionalmente las piezas a modo de guía, un lápiz de marcar en tela de color blanco, un dedal si procede y una cinta métrica para toma las medidas oportunas, además de un juego de escuadras para dibujar encima de las telas.

El siguiente paso será extender la tela y dibujar en la misma las diferentes piezas que conformarán nuestro rakusu, donde una vez dibujadas todas ellas pasaremos a  identificarlas con unas siglas y finalmente con mucho cuidado recortalas cuidadosamente.
Así que si hemos llevado a cabo estos pasos ya tendremos todas las piezas listas para ensamblar y poco a poco confeccionar nuestro Rakusu.


 2. PRIMERAS PRÁCTICAS DE COSTURA 



Antes de nada es muy importante que recibamos las enseñanzas pertinentes para coser como es debido nuestro Rakusu.  Por ello en primer lugar deberemos practicar durante un tiempo únicamente el punto con algún retal que tengamos por casa y mostrarselo a la persona que nos está enseñando a modo que la misma pueda corregir nuestros errores.
El punto que se emplea para coser en el Zen requiere mucha concentración y una atención plena, donde cada puntada debería conducirnos al momento presente, siendo partícipes en todo aquello que estamos realizando.
Si finalmente acabará por convertirse en un acto más de nuestra vida al que no prestamos una especial atención dejaría de tener sentido.
En referencia al punto, no puedo explicar desde aquí como se realiza porque me resultaría muy complejo, pero si puedo comentar que se trata de un punto extremadamente pequeño, "como si de granitos de arroz se tratara" que una vez acabado resulta incluso difícil de percibir.  Pero es muy importante entender que se trata de una forma de coser especial, donde todo el hilo está suelto sin nudos y finalmente queda tan fuerte como cualquier otra forma de coser más convencional.

En mi caso yo ahora estoy en esta fase de la que junto a estas palabras os dejo una prueba de como va quedando para que puedan hacerse a la idea.

Hasta aquí esta primera parte y muy pronto espero poder seguir publicando los siguentes pasos para que así mi conocimiento sea también vuestro!!

Gassho



 





 

















miércoles, 27 de junio de 2012

LA PRIMERA SESSHIN TRAS EL NUEVO CAMINAR







"El Zen penetra todos los aspectos de la vida ,
sólo es estar en el AQUI Y AHORA de lo que estemos haciendo, asi fluye la verdadera belleza de vivir..."

El pasado fin de semana tuvo lugar mi primera Sesshin, sin duda una de las prácticas más profundas e importantes dentro del zen.
Las Sesshin, son periodos intensivos dedicados a la práctica del zazen y de la concentración en los actos de la vida cotidiana. 
Sesshin, significa volverse íntimo con nuestro espíritu y su duración puede variar de uno a varios días, durante los cuales zazen y samu ( trabajos cotidianos llevados a la práctica desde la meditación) se suceden continuamente.
Las reglas de la Sesshin hacen que nuestro espíritu esté siempre concentrado, atento y silencioso, en todas las actividades vinculadas a la misma y con ello podemos profundizar en nuestras vidas a la vez que compartimos todas nuestras experiencias con otros practicantes, siendo muy rico en todos los sentidos, tanto a nivel individual como en las muchas cosas que pueden aportarnos nuestros compañeros.
Como antes comentaba, esta ha sido mi primera Sesshin y lo cierto es que me cuesta mucho hacer una valoración objetiva de la misma sólo con palabras, pues creo que se trata de una experiencia que se mece entre diferentes sensaciones, tanto fisiológicas como psicológicas complicadas de explicar, ya que cada practicante haría sin duda una lectura diferente de su experiencia dentro de un retiro.
En mi caso, mentiría si no dijera que fue realmente muy dura en todos los sentidos.
SAMU DE COCINA
La primera noche del retiro no pude dormir ni un solo minuto, al parecer, según me comentaron algunos compañeros, este síntoma es un clásico de los retiros, pero a mi me ocasionó una gran fatiga al día siguiente que terminó en algunas décimas de fiebre y un agotamiento bastante considerable. Quizás este sería el punto más desfavorable a destacar. Pero si tengo que hablar de todas las buenas sensaciones que he vivido en estos días, entonces necesito pensar en como puedo describir tanta intensidad en tan pocas líneas...
En primer lugar, el pasar tanto tiempo alejado de la ilusiones con las que normalmente convivimos nos hace prestar más atención a las cosas que realmente merecen nuestra atención y sobre todo nos obliga a profundizar en nuestra vida y la forma que tenemos de entender la misma. Los diferentes periodos de samu nos conducen a proseguir el estado de meditación que hemos conseguido a través de zazen, pero aplicando esa concentración plena a actividades tan cotidianas como cocinar, coser, limpiar, fregar platos o como en mi caso fue incluso llevar a cabo un reportaje fotográfico de la Sesshin.

COSTURA DEL RAKUSU
A resaltar también los numerosos zazen que se llevan a cabo, más largos que los que normalmente hacemos en el dojo e incluyendo interesantes talleres de Dharma y algunas ceremonias muy emotivas, como las que se llevaron a cabo para dar nuestro soporte a todas las personas que estuvieran atravesando una enfermedad grave o incluso otras en las que los homenajeados eran nuestros difuntos seres queridos, que habían dejado nuestro mundo pero que seguían permaneciendo en nuestro recuerdo.
También quisiera resaltar, que en muchos momentos he sido testimonio de hasta que punto nuestro ego actúa a través de nosotros; digo esto, porque normalmente  si algo nos aleja de nuestra mente original, es precisamente nuestro poder de elección, condicionado siempre por nuestra búsqueda del bienestar. Si tenemos frío nos abrigamos, si tenemos hambre comemos, si estamos incómodos buscamos la comodidad... pero en definitiva sin darnos cuenta, lo único que conseguimos es alejarnos de nuestra naturaleza, aquella que no se aferra a nada y sólo vive en cada momento lo que toca sea bueno o malo.
Por último, comentar que también dentro del retiro se pueden tener una entrevista privada con la persona que dirige el retiro, ya sea para comentarle nuestras dudas en la evolución dentro de la práctica, o sin más para charlar durante un agradable paseo a través de la naturaleza. Yo aproveché esta entrevista para pedir mi ordenación a bodhissatva siendo esta una decisión que albergaba en mi interior desde hacía ya mucho tiempo y que me fue concedida a esperas de que tenga lugar la ceremonia de ordenación a finales del próximo mes de octubre.
Por ello, he comenzado ya a confeccionar la costura de mi rakusu que debo tener listo para poder ordenarme y que encierra un gran desafío para todo practicante, ya que el mismo requiere una gran paciencia y concentración.


En definitiva, una gran experiencia la vivida estos días que me ha desvelado partes de mi personalidad que desconocía y sobre todo me ha acercado más que nunca a la práctica del Zen donde cada día me siento más a gusto y cercano a mi verdadera naturaleza.
Gracias a todos los que hicieron posible una experiencia tan maravillosa...

Gassho!

Sergio G.