Kesa del campo de la felicidad ilimitada,
recibo con fe la enseñanza del Buda,
para ayudar a todos los seres sensibles.
"El Sutra del Kesa"
Como comenté en otro post escrito con anterioridad, hace aproximadamente un mes, durante mi último retiro pedí mi ordenación a Bodhisatva, una decisión que tenía tomada desde hacía ya mucho tiempo y que me fue concedida sin problema alguno tras una entrevista con mi maestro.
Así que al llegar de dicho retiro comencé todos los preparativos necesarios para poder coserme mi Rakusu, que una vez finalizado recibiré durante la ordenación que tendría lugar en un par de meses.
Pero como con todo, cuando uno se sumerge en algo tan profundo y especial le surgen centenares de dudas, ya que como pueden ustedes imaginar, muchas de las personas que se adentran en la costura de su Rakusu no han cosido nunca antes y esto supone un importante reto que hay que saber alcanzar sin miedo alguno.
Por esta razón, decidí que publicaría aquí paso a paso todo el proceso de creación de mi Rakusu, con la intención de que pueda ser de ayuda para otros practicantes que se encuentren en el mismo momento que yo o que quizás puedan verse implicados en ello de cara al futuro.
Así que intentaré dejar un testimonio lo más cercano posible a la realidad que estoy viviendo en este momento y de corazón espero que esto pueda resolver algunas dudas que yo no he podido encontrar en la red.
LA IMPORTANCIA DE LA COSTURA EN EL ZEN
Existen tres momentos muy importantes en la vida de un practicante de Zen, que llegan por voluntad del mismo practicante y nunca están sujetos a ningún tipo de obligación por parte de terceros, o imposición alguna por medio de grados establecidos. Sin más, cada persona puede decidir o no a lo largo de su vida ordenarse de forma libre, o no hacerlo nunca y seguir practicando sin necesidad de ordenarse.
El primero de estos importantes momentos es la ordenación a Bodhisatva, que básicamente está ligada a la toma de los preceptos y una serie de votos en los que el practicante se compromete a seguir la vía de Zazen de por vida.
Al final de la ceremonia de ordenación (también llamada Yukai), le será entregado el Rakusu " pequeño Kesa" que previamente habrá tenido que coser el mismo practicante de forma muy minuciosa, entregándo el mismo finalizado a su maestro días antes de la ordenación, para que este pueda caligrafiarlo y entregarselo durante la ordenación..
El segundo momento importante se da cuando el mismo pide la ordenación a monje, sin duda una decisión mucho más profunda que alberga la toma de un compromiso aun más elevado, concluyendo dicha ceremonia, con la entrega del Kesa "manto de Buda" de manos del maestro al ordenado, que al igual que sucede con el Rakusu, habrá sido confeccionado por el aspirante previamente a la ordenación.
Pero en todo caso, es importante que entendamos que ambas piezas de ropa (Rakusu y Kesa), son de alguna forma uno de los objetos más preciados de un practicante, pudiendo llegar a tener para el mismo un valor incalculable.
Las razones para entender este vínculo son muchas, pero podemos señalar que durante la costura un practicante toma verdadera conciencia del "aquí y ahora", pues el punto utilizado requiere una concentración extrema, donde cada puntada se acompaña de una respiración y toma de conciencia del momento presente, que sumado al vínculo que se crea entre la persona que tutelará la confección para llevarla por buen camino, hace de la costura un perfecto nexo entre meditación, conciencia y capacidad para compartir todo ello con los demás.
Las razones para entender este vínculo son muchas, pero podemos señalar que durante la costura un practicante toma verdadera conciencia del "aquí y ahora", pues el punto utilizado requiere una concentración extrema, donde cada puntada se acompaña de una respiración y toma de conciencia del momento presente, que sumado al vínculo que se crea entre la persona que tutelará la confección para llevarla por buen camino, hace de la costura un perfecto nexo entre meditación, conciencia y capacidad para compartir todo ello con los demás.
Como tercer momento destacad,o tendríamos la transmisión del "Shijo". Momento en que un gran maestro decide antes de morir transmitir su legado a los discípulos elegidos, proceso que pueda llevar toda una vida, para determinar quienes merecen esta gran mención por parte del maestro, que por lo normal siempre recaerá en aquellos que han demostrado más compromiso con la práctica.
A partir de dicho momento, los elegidos serán los responsables de seguir transmitiendo el Zen de generación en generación como ha venido haciendose desde tiempos muy lejanos llegando ahora a nosotros.
Como pasa también en la práctica de Zazen la costura nos conduce a nosotros mismos, un reflejo de nuestro interior que nos permitirá ver todas aquellas cosas que albergamos, sean buenas o malas.
Así que nos encontraremos con nuestras propias barreras, aquellas que nosotros mismos edificamos sin saberlo y que en ocasiones están custodiadas por nuestro más profundo ego. Por ello es fácil que durante la costura nos invadan momentos de frustración, que nos conduzcan a pensar que no seremos capaces de llevar a cabo nuestro cometido u que quizás no era el momento de ordenarse.
Pero hemos de entender que todos estos fenómenos son puramente pensamientos pasajeros que podemos observar sin aferrarnos, dejando que pasen de largo y finalmente ver como van desapareciendo de nuestra mente.
1. LOS PRIMEROS PASOS
En primer lugar, tenemos que hacernos con un modesto kit de costura y las telas necesarias para llevar a cabo nuestro Rakusu.
En cuanto a las telas, deberemos comprar por un lado tela negra de algodón para la confección de la parte visible del rakusu y del sobre donde en un futuro guardaremos nuestro Rakusu. Respecto a las telas, también necesitaremos un trozo de seda natural ( no salvaje), de un tono en blanco roto, siendo este el dorso de nuestro rakusu y superficie donde más tarde nuestro maestro realizará una caligrafía, que incluirá nuestro nuevo nombre trás la ordenación, un pequeño escrito a modo de enseñanza para nuestra nueva vía dentro del zen y el sello de la Shanga.
Ya más enfocado a la costura, necesitaremos hilo 100% de algodón de color crudo, alfileres de varios tamaños, tijeras, otro hilo para unir provisionalmente las piezas a modo de guía, un lápiz de marcar en tela de color blanco, un dedal si procede y una cinta métrica para toma las medidas oportunas, además de un juego de escuadras para dibujar encima de las telas.
El siguiente paso será extender la tela y dibujar en la misma las diferentes piezas que conformarán nuestro rakusu, donde una vez dibujadas todas ellas pasaremos a identificarlas con unas siglas y finalmente con mucho cuidado recortalas cuidadosamente.
Así que si hemos llevado a cabo estos pasos ya tendremos todas las piezas listas para ensamblar y poco a poco confeccionar nuestro Rakusu.
2. PRIMERAS PRÁCTICAS DE COSTURA
A partir de dicho momento, los elegidos serán los responsables de seguir transmitiendo el Zen de generación en generación como ha venido haciendose desde tiempos muy lejanos llegando ahora a nosotros.
Como pasa también en la práctica de Zazen la costura nos conduce a nosotros mismos, un reflejo de nuestro interior que nos permitirá ver todas aquellas cosas que albergamos, sean buenas o malas.
Así que nos encontraremos con nuestras propias barreras, aquellas que nosotros mismos edificamos sin saberlo y que en ocasiones están custodiadas por nuestro más profundo ego. Por ello es fácil que durante la costura nos invadan momentos de frustración, que nos conduzcan a pensar que no seremos capaces de llevar a cabo nuestro cometido u que quizás no era el momento de ordenarse.
Pero hemos de entender que todos estos fenómenos son puramente pensamientos pasajeros que podemos observar sin aferrarnos, dejando que pasen de largo y finalmente ver como van desapareciendo de nuestra mente.
En primer lugar, tenemos que hacernos con un modesto kit de costura y las telas necesarias para llevar a cabo nuestro Rakusu.
En cuanto a las telas, deberemos comprar por un lado tela negra de algodón para la confección de la parte visible del rakusu y del sobre donde en un futuro guardaremos nuestro Rakusu. Respecto a las telas, también necesitaremos un trozo de seda natural ( no salvaje), de un tono en blanco roto, siendo este el dorso de nuestro rakusu y superficie donde más tarde nuestro maestro realizará una caligrafía, que incluirá nuestro nuevo nombre trás la ordenación, un pequeño escrito a modo de enseñanza para nuestra nueva vía dentro del zen y el sello de la Shanga.
Ya más enfocado a la costura, necesitaremos hilo 100% de algodón de color crudo, alfileres de varios tamaños, tijeras, otro hilo para unir provisionalmente las piezas a modo de guía, un lápiz de marcar en tela de color blanco, un dedal si procede y una cinta métrica para toma las medidas oportunas, además de un juego de escuadras para dibujar encima de las telas.
El siguiente paso será extender la tela y dibujar en la misma las diferentes piezas que conformarán nuestro rakusu, donde una vez dibujadas todas ellas pasaremos a identificarlas con unas siglas y finalmente con mucho cuidado recortalas cuidadosamente.
Así que si hemos llevado a cabo estos pasos ya tendremos todas las piezas listas para ensamblar y poco a poco confeccionar nuestro Rakusu.
2. PRIMERAS PRÁCTICAS DE COSTURA
Antes de nada es muy importante que recibamos las enseñanzas pertinentes para coser como es debido nuestro Rakusu. Por ello en primer lugar deberemos practicar durante un tiempo únicamente el punto con algún retal que tengamos por casa y mostrarselo a la persona que nos está enseñando a modo que la misma pueda corregir nuestros errores.
El punto que se emplea para coser en el Zen requiere mucha concentración y una atención plena, donde cada puntada debería conducirnos al momento presente, siendo partícipes en todo aquello que estamos realizando.
Si finalmente acabará por convertirse en un acto más de nuestra vida al que no prestamos una especial atención dejaría de tener sentido.
En referencia al punto, no puedo explicar desde aquí como se realiza porque me resultaría muy complejo, pero si puedo comentar que se trata de un punto extremadamente pequeño, "como si de granitos de arroz se tratara" que una vez acabado resulta incluso difícil de percibir. Pero es muy importante entender que se trata de una forma de coser especial, donde todo el hilo está suelto sin nudos y finalmente queda tan fuerte como cualquier otra forma de coser más convencional.
En mi caso yo ahora estoy en esta fase de la que junto a estas palabras os dejo una prueba de como va quedando para que puedan hacerse a la idea.
Hasta aquí esta primera parte y muy pronto espero poder seguir publicando los siguentes pasos para que así mi conocimiento sea también vuestro!!
Gassho
gassho
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