Después de unos intensos días en los que he pensado mucho a cerca de
diferentes aspectos de mi vida, he obtenido una serie de reflexiones que me
gustaría compartir abiertamente, siendo curioso, como a través de la práctica
de zazen la mente se va liberando de muchas de las ataduras que nos impiden
comprender nuestro comportamiento, dándonos la posibilidad de identificarlas y emprender un trabajo minucioso para cambiar aquellos
aspectos que pueden mejorarse.
Así que sin mas, dejo aquí una breve exposición de mis últimas reflexiones con la esperanza que puedan servir de ayuda para otras personas que puedan estar leyendo mis palabras.
Gassho…
Sergi G.
. Debemos intentar vivir desde la
máxima austeridad posible, despojándonos de todo consumismo irresponsable que
no responda a una necesidad real, pues el consumo irresponsable forma parte de
las muchas ilusiones con las que hemos de aprender a convivir sin aferrarnos a
ninguna de ellas pero siempre siendo consciente de que las mismas existen.
. Debemos entender el Zen como una
filosofía trazada desde la más profunda intimidad, rechazando en todo momento
la posibilidad de hacer del mismo una propaganda social muy presente en nuestro
entorno, puesto que ni todos los que nos rodean están preparados para entender
nuestro camino, ni nos pertenece el derecho a mostrarles una senda que ni tan
solo nosotros conocemos con profundidad.
. Debemos ser dueños de nuestras
palabras, evitando que las mismas se adueñen de nosotros de forma inconsciente.
Para este fin se debe hablar menos y con más propiedad, siempre con la premisa
de aportar algo de valor a las conversaciones y no entenderlas desde un punto
de vista egocentrista, donde nuestras intervenciones sólo responden a una
necesidad de nuestro ego por mostrarse y tomar el control de la situación.
En otras
palabras, “Si no podemos mejorar el silencio, es mejor no decir nada”.
. Nunca debemos imponer nuestra vía
a los demás, pues lo que es bueno para nosotros, puede no ser aquello que otras personas buscan, e
imponiendo nuestro camino podemos estar desviándolos del suyo.
Cada ser alberga una verdad en su
interior que ha de saber descubrir y alimentar a su debido tiempo, nunca está
de más encaminar a aquellos que caminan a ciegas, pero siempre de una forma muy
sutil y teniendo muy claro que incluso un ciego puede ver con más claridad que
aquel que nos es capaz de ver sus propias limitaciones, o que carece de la
capacidad para conocerse a si mismo.
. El conocimiento sin la práctica
llevada al hábito no conduce a ninguna parte. Estamos en constante aprendizaje,
así que cuando creamos saberlo todo, es cuando quizás albergaremos más desconocimiento.
No merece la pena debatir
aquellos aspectos que nos alejan de las personas que forman nuestro entorno más
directo, pues la confrontación en su estado más puro es parte del aliento de
nuestro ego. Siempre es mejor el acercamiento que sembrar distancias entre las
personas que forman nuestro entorno.
. La soledad si surge de forma
natural, puede brindarnos la posibilidad de auto observarnos desde una
perspectiva distante a la subjetividad con la que obramos normalmente. No debemos buscarla mediante el aislamiento,
pero tampoco debemos refugiarnos de ella. Pues la soledad forma parte de nuestro
Karma. La misma nos acompaña durante el tiempo que pasamos en el vientre de
nuestra madre y también en muchos otros momentos de la vida.
Conocerla es
conocernos… desecharla es desechar nuestra naturaleza más primaria.
. Nuestra existencia responde a un
reflejo del presente en el que se suceden todas las cosas. Vivir aferrado al
pasado o al futuro sólo conduce a un estado ilusorio que nos aleja de la
plenitud. Vivir desde lo efímero, nos
ayuda a profundizar a cerca del sentido de nuestra existencia que no responde a
otra cosa que vivir el “aquí y ahora”.
Muchas de las barreras y
limitaciones de nuestra vida son impuestas por nosotros mismos, por ello la
forma más fácil de superarlas comienza por comprender que las mismas son meras
ilusiones auto construidas que caerán, en el momento que dejemos de creer que
las mismas tienen razón de ser.
Cuando meditamos nos imponemos
muchas de esas barreras, algunas físicas por medio del dolor, al que nos
esforzamos por combatir a través de la búsqueda de la comodidad que nuestro yo
desea para nosotros. En otras ocasiones
sin más buscamos una prueba de que aquello que hacemos tiene un sentido, cuando
el verdadero sentido de toda acción es llevarla acabo sin esperar nada a cambio
(moshutoku).
Si somos fieles a nuestra
naturaleza a través de la meditación, abandonando nuestros apegos y pensamientos,
podremos ver como todas estas barreras van desapareciendo progresivamente.
. Hemos de relacionarnos con el
resto de seres sin esperar nada de ellos, dándoles a cambio todo lo que este en
nuestras manos, pues aquello que damos nos lo damos y lo que no damos, nos lo
quitamos.
. La única forma de vivir una vida
en absoluta plenitud, es hacerlo aceptando todo lo bueno y lo malo que la misma
pueda otorgarnos. Si sólo nos aferramos a las cosas buenas, la felicidad, la
comodidad y en definitiva a todas
aquellas cosas que nos alejan del sufrimiento, viviremos una falsa realidad que
jamás podrá satisfacernos del todo, producto de una ilusión que sin saberlo nosotros
mismos habremos creado.
Saber percibir lo bueno en lo malo nos hace si cabe más plenos y felices.